Muy lejos estás
La profesora dejó
un peculiar trabajo, redactar sobre el primer amor, los siete días de plazo se
redujeron a unas horas, y aun no sabía que iba a escribir. Y como saberlo si
nunca lo viví.
Dicen que tarde o
temprano el amor ha de llegar en el momento menos esperado, pero preciso al
fin. Supongo que conmigo se tarda un poquito y la verdad no me preocupo de
ello.
Y si hubo una
persona especial no pasó de ser una muy bonita amistad, él alumno ya de
secundaria y yo acabando mi primaria que empezaba a relacionarme por el
Messenger. En búsqueda de contactos terminé agregando al amigo de mi hermano,
quien se convirtió pronto también en mi amigo.
Lo que muchos no
saben es que siempre me resultó difícil el expresar mis sentimientos y contar
sobre mí, pues nunca me gustó mostrarme vulnerable ante la gente, ni siquiera
con mi familia. Como me dijeron ayer: soy una caja de secretos, y sí que lo
soy. Pero con él nunca tuve esa dificultad; en verdad más sencillo, mostrar mis
emociones y sentimientos cuando eran reales y no fingidas, si lloraba no me
importaba hacerlo ni decirlo, porque
tenía la seguridad que me escuchaba y siempre tenía las palabras
adecuadas para seguir adelante intentando.
La importancia de
su amistad empezaba a crecer mucho más en mi y como no hacerlo si con sus
bromas y ocurrencias solía sacarme sonrisas a diario, tenía una chispa en sus
ojos, en su mirar un poquito de felicidad de la que fácilmente me podía
contagiar en mis días tristes.
Pero es imposible
que el tiempo permanezca quieto, y los años comenzaron a pasar. Acabó el
colegio y viajó a Lima; La amistad seguía pero la comunicación cada vez era más
corta. Años después cuando pensaba que ya no iba a saber de él, sucedió lo
contrario, fue una grata conversación de horas, poniéndonos al día y a la vez
adelantando de lo que sería la vida del otro, por los años que no supimos de
nosotros y más por los años que aún habrían de pasar.
Se volvió tan
importante que me dolía no poder reír junto a él, lo extrañaba y mucho pese a
que había pasado años. Terminé la secundaria, empecé la academia y volvimos a
saber de nosotros, conversando de nuevo pero ya no en las tardes, sino en las
madrugadas, cuando la ciudad dormía.
Nunca supe quien
le dijo o como se enteró. Empecé a verlo de otro modo, no como amigo; y en uno
de sus mensajes preguntaba por qué nunca le dije nada de lo que sentía, cuando
todavía estábamos cerca y podíamos vernos. Me sorprendí mucho pero no tenía
caso dar una respuesta; y un segundo mensaje pedía conversar d ello en 4 meses
durante una de sus visitas a Pacasmayo.
Pasó mucho para
saber de él y más aún para verlo, 7 años pasaron desde que salió del colegio,
el mismo tiempo en que ya no lo volví a ver.
Y si algún día lo
veré de nuevo, no lo sé pero en verdad espero que sí, en la calle tal vez
aunque para entonces ya resulte extraño; pero verlo al fin.
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